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viernes, 19 de junio de 2020

El caso Restrepo:"Mí corazón en Yambo"

El caso Restrepo. "Mí corazón en Yambo"

El 8 de enero de 1988 dos hermanos desaparecen en Quito. Son Santiago y Andrés de 14 y 17 años. Santiago y Andrés salieron aquella noche y jamás regresaron a la casa. La desaparición de los hermanos Restrepo representa uno de los casos más emblemáticos de violación de derechos humanos en el país. Gracias a la perseverancia, al amor por sus hijos y al fuerte sentido de justicia, la familia Restrepo luchó y sigue luchando para que se sepa la verdad. María Fernanda Restrepo, la hermana menor que tenía sólo 10 años cuando sus hermanos desaparecieron, sigue luchando con todas sus fuerzas para conseguir la verdad escondida desde hace 32 años. 


María Fernanda Restrepo en la Salesiana. Foto de Davide Matrone (año 2012)

A continuación, la conversación con María Fernanda Restrepo realizada en el mes de junio del año 2012.


¿Por qué el caso Restrepo, después de más de 20 años, sigue suscitando interés? 


El caso Restrepo generó un gran impacto emocional desde el principio. Ha sido un periodo muy intenso. Todos los días se enviaba un comunicado a la prensa, se seguían las investigaciones, se llamaba, se buscaban noticias e informaciones. Tal vez por esta razón no se ha perdido la memoria. Además, fue un caso que provocó tanto dolor a muchas personas y fue realmente fuerte para los ecuatorianos. Muchos tuvieron la impresión de haber perdido dos hermanos, dos nietos, don niños en su propio hogar. Todo eso traumó la sociedad ecuatoriana. Mis padres decidieron luchar toda la vida y con ellos muchas personas que participaron y nunca dejaron en el olvido el caso. 


Tu eres ecuatoriana...


¡Te agradezco para recordarlo! Soy ecuatoriana y es muy difícil convencer a la gente. Además, quiero recordar que amo a Ecuador porque soy ecuatoriana, así como mis hermanos. 


¿Cuál fue el objetivo principal del documental? 


El intento principal fue de reactualizar la memoria y de invitar a la gente a reflexionar sobre el caso. Que no hable solamente del caso Restrepo sino que también se traten los otros casos de desaparición y de violación de los derechos humanos que han pasado en el país. El protagonista de este trabajo es la MEMORIA y no se debe perder. Debemos poner nuestro pasado adelante de nuestros ojos y no atrás porque nos ayuda a construirnos como mejores ciudadanos y como mejor país. Es muy importante recordar nuestra proveniencia, lo que pensamos, dónde vamos, cómo debemos ser, cómo debemos seguir adelante para no cometer los mismos errores. Un elemento que me entusiasma y me da esperanza es ver muchos jóvenes que han visto el documental. Chic@s que ni siquiera habían nacido en ese periodo y que se reapropian nuevamente de la historia. Cada uno lleva consigo el mensaje después de haber visto este documental y deseo que ningún sea indiferente frente a esta página de la historia ecuatoriana. No podamos ser indiferentes frente a lo que pasó porque se trata de un caso de violación de los derechos humanos y quedarse en silencio significa ser cómplices de estos crímenes. ¡Es muy grave! 


¿Tuviste algunos problemas durante la proyección del documental? 


¡Si! Recibí algunos obstáculos sobre todo en la ciudad de Guayaquil porque alguien declaró que esta película no era ecuatoriana sino extranjera. Yo siempre he contestado diciendo que soy ecuatoriana y que todo el equipo que trabajó conmigo es ecuatoriano. Además, la película es basadas en hechos reales y no es ficción. Me hubiera gustado proyectarlo más en las ciudades de la costa del país, pero no recibí esta apertura como en cambio se dio en la Sierra.


¿De qué manera ha servido tu documental para los avances de la investigación?


El Gobierno ha ordenado la creación de una comisión especial de investigación, pero hasta ahora no se ha generado ninguna novedad. Los documentos siguen permaneciendo en los tribunales. ¡En definitiva, no tenemos novedades! 


¿Qué probaste cuando te encontraste con los policías en la realización del documental? 

Mucha gente me ha preguntado:"¿Cómo aguantaste? ¿Cómo lograste detener tu rabia en el momento de la confrontación directa? Una de las dificultades que enfrenté durante la filmación del documental fue mí conflicto interior. Debía dividir mi lado de cineasta que está investigando y la parte más emocional de ser la hermana de los desaparecidos. Dividir la profesión con los aspectos sentimentales de personas involucrados en los hechos que estaba investigando. Intenté detener la desilusión y ser la más objetiva posible, sin embargo, no creo en la objetividad. De todas formas, he controlado todo ese conflicto durante la realización del documental. Si me hubiera puesta violenta, no hubiera conseguido nada. Estaba armada de muchas emociones, pero las controlé. En mi vida recibí una gran enseñanza de mis padres: la práctica de la no violencia. En el documental mi papá recuerda cuando nos ofrecieron las armas para hacernos justicia de manera autónoma y él siempre rechazó. No, nos prestamos al juego de los malos consejos porque la provocación había una finalidad precisa: una vez que hubiéramos cometido el crimen, nos hubiéramos llevado a la cárcel antes y nos hubiéramos expulsado luego. De esta manera, el caso se hubiera acabado ahí. En cambio, nosotros estamos pidiendo justicia desde más de veinte años y ha sido un conflicto limpio, sin armas, sin rancor, ni odio. Una lucha empujada con amor.  


¿Qué ha pasado durante todo este tiempo? 

Durante todo este tiempo el país ha cambiado. La transformación se ha dado gracias a la voluntad de los ecuatorianos. Al principio no ha sido así. En la Plaza de la Independencia al principio nos insultaban, ofendían a mis padres hasta a que cambió este comportamiento y se recibió el apoyo de la gente. Mis padres, en un principio, tuvieron que luchar contra la policia para reivindicar la verdad y al mismo tiempo convencer a la gente que ellos no tenían ningúna relación con el narcotráfico o con los guerrilleros así como fue dicho desde el principio de la Policia y los medios de comunicación. Este cambio ha marcado un antes y un después en el país. Mientras tanto se han promulgado leyes que consenten de procesar los crimenes perpetuados por los policias y por los militares. Procesos que se realizan en los Tribunales Civiles y no en los Tribunales Militares. Muchos policias jóvenes me han escrito diciéndome que quieren ser otros policias. Este detalle es muy importante para mí!

En el documental se nota algo bien claro: tu búsqueda de la memoria choca con los muros de silencios de los policías y de los personajes involucrados en el acontecimiento. ¿Cómo viviste esta situación? 

Durante la investigación viví estos momentos que han sido muy fuertes. Tengo horas y horas de grabaciones que son solos silencios. En una entrevista de 4 horas con uno de los torturadores de la época, él no habla o niega la evidencia. Se nota el adiestramiento recibido.  Son muy capaces de dar la vuelta a la torta y a convencerte, inclusive, que estás loco o que te equivocaste. Durante la entrevista con este personaje le pregunté más veces:"¿Ustedes torturaban en las casermas? y él me contestaba: “Yo, soy el mejor jugador de ecua vóley y he ganado muchos premios". Una respuesta que te dejaba sin palabra y te mareaba. Yo volvía a repetir la misma pregunta y él me contestaba nuevamente lo mismo. Era una pared infrangible. El encuentro que en el documental dura dos minutos, en la realidad duró dos horas y media. En definitiva, entendí que el documental no me hubiera ayudado a encontrar una nueva verdad, sino que me hubiera ayudado a alimentar la memoria para las generaciones futuras. Este ha sido el mejor resultado. 

domingo, 14 de junio de 2020

I 5 obiettivi della sinistra latinoamericana degli ultimi 15 anni.

di Davide Matrone 

Ripropongo un articolo pubblicato qualche anno fa sul blog quitolatino sugli obiettivi della sinistra latinoamericana. Il progressismo di sinistra in America Latina è entrato in serie difficoltà per molteplici fattori. Le turbolenze interne ed esterne mettono in crisi qualsiasi sistema o ordine stabilito fino alla sostituzione dello stesso. Questo è quanto accaduto al paradigma del Socialismo del 21 secolo teorizzato dal sociologo tedesco Heinz Dieterich Steffan. Dopo 15 - 20 anni di politiche neo - keynesiane basate nell'intervento massiccio dello Stato, nell'espansione monetaria e fiscale, nel recupero e potenziamento del settore pubblico ai danni di quello privato, nella redistribuzione delle risorse dall'alto verso il basso e da una serie riforme tributarie, oggi tutto è stato sepolto, o quasi. Il discorso ideologico dominante delle classi dominanti conservatrici, reazionarie e neoliberiste del continente hanno sintetizzato quest'esperienza con una sentenza già pre - confezionata da tempo: i governi del Socialismo del 21 secolo sono stati i peggiori della storia del continente. I quindici anni passati si sono caratterizzati per: un grande spreco di denaro pubblico, una dilagante corruzione, una pessima gestione delle risorse, l'agudizzarsi di divisioni tra classi sociali e da una incessante persecuzione politica. Non si può negare che anche questo sia avvenuto nei passati 20 anni però forse andrebbe analizzato meglio e non solo con la narrazione partidaria, pre - confezionata dei neoliberisti e dei loro canali telesivisi privati. Sarebbe opportuno, direi necessario, analizzare bene le contraddizoni sorte all'interno dei governi di sinistra, le relazioni coi movimenti sociali, la gestione delle risorse, i processi di democratizzazione delle istituzioni, tra le altre questioni. Nonostante le contraddizioni, le inefficienze e gli errori commessi, il socialismo del 21 secolo ha dato nuovamente protagonismo al continente latinoamericano in termini di sovranità territoriale, di dignità e democrazia. I movimenti sociali, le masse, i lavoratori, le organizzazioni di base hanno riattivato una nuova pratica politica arruginitasi nel tempo. In questi due decenni si è posto al centro del dibattito politico: a) il processo di ridistruibuzione delle risorse economiche dall'alto verso il basso, b) il ruolo dello Stato, c) la disputa tra il settore pubblico e privato, d) la difesa della sovranità territoriale ed infine e) l'integrazione dei popoli latinoamericani in funzione anti - imperialista. Oggi, ritorna il paradigma neoliberista con le sue politiche che affamano i più poveri, i settori popolari e indirizza le risorse dal basso verso l'altro. Il neoliberalismo in America Latina è stato sperimentato e risperimentato nei decenni trascorsi e sappiamo benissimo quali sono le conseguenze generate: 1) aumento delle disuguaglianze economiche, 2) svendita del patrimonio pubblico, 3) ingerenza delle grandi multinazionali e del capitale straniero, 4) privatizzazioni selvagge, 5) perdita della sovranità territoriale ed alimentare, 6) emigrazioni dei lavoratori verso altri continenti ed infine, 7) incremento della concentrazione delle ricchezze in pochi gruppi e famiglie dell'oligarchia continentale.  Tra i protagonisti di questa stagione progressista e di critica al neoliberismo c'è stato Álvaro García Linera, ex vicepresidente dello Stato Plurinazionale di Bolivia, intellettuale marxista, scrittore e militante. A seguire un suo articolo, tradotto in italiano.  

Buona lettura!

I 5 obiettivi della sinistra latinoamericana degli ultimi 15 anni.

In data 28 agosto del 2014 a La Paz si è realizzato il XX incontro del Foro di Sao Paolo. Al discorso inaugurale ha preso parola il Vicepresidente dello Stato Plurinazionale di Bolivia Álvaro García Linera.

Ecco alcuni punti importanti che la sinistra europea deve trarre come elemento di analisi e di azione.

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“In America Latina è sorto un modello post – liberale. La sinistra latinoamericana deve continuare il suo lavoro sulla base di cinque obiettivi fin qui raggiunti.

1) LA DEMOCRAZIA COME METODO RIVOLUZIONARIO. Prima si è assunta la democrazia come una sospettosa tappa precedente alla rivoluzione. Le esperienze delle dittature militari in questo continente ci hanno imposto questo schema. In questi ultimi 15 anni in America Latina la Democrazia si è convertita come lo spazio e il mezzo cuturale della stessa rivoluzione . Questa è la conversione di facoltà di nuova cittadinanza, fatta di pensieri, di associazioni, di mobilitazioni che hanno costituito reti che hanno permesso a tutti i governi rivoluzionari e progressisti in America Latina di accedere al potere. Quello che è successo in questo continente è l’appropriazione sociale della democrazia come lo spazio propizio per l’egemonia. L’egemonia concepita nel senso gramsciano come leadership culturale, ideologica, intellettuale e politica.  A partire dalle lotte sociali popolari, contadine e cittadine, la democrazia si è arricchita nei suoi contenuti diventando una democrazia partecipativa, radicale, comunitaria e la costruzione di un’identità colletiva. In sintesi e riassumendo quindi la democrazia come metodo rivoluzionario e non come tappa precedente alla rivoluzione. 


2) LA CONCEZIONE DELLA GOVERNABILITÀ E DELLA LEGITTIMITÀ. Oggi i governi rivoluzionari dell’America Latina hanno conseguito la loro stabilità e la loro governabilità non unicamente grazie ai meccanismi elettorali o grazie ai meccanismi istituzionali ma grazie anche all’altro elemento fondamentale della governabilità e della legittimazione rivoluzionaria e cioè la presenza popolare e la mobilitazione sociale. Le vittorie della sinistra latinoamericana sono il frutto di un processo di mobilitazione nell’ambito ideologico e culturale ma anche nell’ambito sociale – organizzativo. La conquista del potere nei nostri paesi è il proseguimento elettorale della capacità di mobilitazione e di resistenza collettiva. La legittimità dei nostri governi avvengono per via elettorale ma anche per mobilitazioni permanenti e azioni collettive dei distinti movimenti sociali.

3) LA SCOMPOSIZIONE DEL MODELLO LIBERISTA. Vediamo in molti paesi europei con pena questa ideologia e questo meccanismo di consegna delle capacità umane depositate in pochi gruppi di potere. É quando vediamo quello che accade in Grecia, in Spagna, in Italia e in Francia noi già conosciamo tutto questo perché l’abbiamo giá sperimentato qui 20 anni fa. Un modello che ha impoverito i lavoratori, che ha debilitato le strutture dello stato, che ha arricchito solo alcune imprese, che ha fatto perdere diritti. Tutto questo che cavalca in molti paesi e in molte zone del pianeta qui in America Latina sta scomparendo. Cosa ha significato questa scomposzione del modello liberista e l’entrata al modello post – liberista?

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Foto di Davide Matrone -  Marcia a Quito. 

a) In primo luogo ha significato il recupero di imprese strategiche. Il recupero di quelle imprese statati dove si creano le eccedenze economiche. Una rivoluzione che non gode delle eccedenze economiche non puó consolidare la sua leadership e la sua stabilità. Tutto questo è imprenscidibile. Il recupero di imprese strategiche controllate esclusivamente dallo stato.

b) In secondo luogo l’ampliamento delle risorse che appartengono a tutti.

c) In terzo luogo la continua redistribuzione delle ricchezze. Lo Stato deve riapprioparsi delle eccedenze economiche non per creare un nuovo impresariato ma per redistribuirle ai settori piú esclusi.

d) Recupero dei diritti del lavoro. I processi post – liberali in America Latina non hanno significato processi di autarchia e di allontanamento dai circuiti economici internazionali. La differenza è che ora l’inserimento nei circuiti economici regionali e internazionali avviene in modo selettivo e in funzione delle necessitá dei popoli e dei paesi e non di poche imprese come avveniva nel passato.

4) LA COSTRUZIONE DI UN NUOVO CORPO DI IDEE e di un nuovo senso di mobilitazioni. La politica è la lotta della direzione delle idee e delle mobilitazioni nella società. Lo Stato è materia ma è anche formato da idee. I popoli non solo lottano perché soffrono ma lottano anche perché sanno che c’è una speranza che possa eliminare questa sofferenza. La sinistra ha creato in questi 15 anni una speranza, una possibilità di vittoria, una possibilità di trasformazione di una vita quotidiana e ci è riuscita nella mente e nel cuore delle persone. In questo momento ha convertito questa forza di idee in forza elettorale e poi in forza statale e ancora in forza economica. Quali sono gli elementi di questa forza di idee?

– la pluralità e l’identità

– l’antimperialismo e l’anticolonialismo

– il pluralismo socialista

5) RINNOVATO INTERNAZIONALISMO E L’INTEGRAZIONE REGIONALE. La fondazione dell’ALBA, della CELAC, dell’UNASUR vanno in questa direzione. Tutte queste organizzazioni sono inedite nel nostro continente. Prima, 20-30-40 anni fa si costituivano organizzazioni che erano gestite, dirette e controllate dagli Stati Uniti. Queste strutture si sono create grazie alla volontà dei paesi latinoamericani e per la creazione di uno STATO CONTINENTALE che sia plurinazionale e con strutture utili per l’integrazione politica ed economica della regione.

Discorso d'inaugurazione di Álvaro García Linera, nel XX Incontro del Foro di São Paulo


Referenze:https://www.ecured.cu/Am%C3%A9rica_Latina (Foto 1)https://www.dirittiglobali.it/2020/03/i-disastri-del-liberismo-e-la-pandemia/ (foto 2)Foto 3 - di Davide Matronehttps://www.youtube.com/watch?v=Ardqozw-EaA&t=10s (Video Final)

lunes, 8 de junio de 2020

Situazione politica e sociale in Brasile. Intervista a Gesualdo Maffia.

Intervista di Davide Matrone 

Qual è la situazione generale in Brasile rispetto al Covid-19?


La situazione politica, economica e sociale brasiliana in questi mesi è davvero complicata, proprio come in molti altri Paesi del mondo. Non ha senso fare classifiche ma, senza dubbio, tra gli Stati più popolosi del mondo, se non è quello che sta vivendo e affrontando la pandemia nel peggior modo possibile, sicuramente il Brasile merita un posto sul podio dell’ipotetica classifica dei peggiori a livello globale. I malati ufficiali sono tantissimi (circa 700000) e i test fatti pochissimi, cosa che fa pensare a una grande sottostimazione. I morti crescono (sono 36000) e il governo, diffondendo i dati giornalieri alle 22, cerca di nasconderli al grande pubblico, pensando anche di rendere poco chiare le statistiche sul sito istituzionale del Ministero della Sanità, in una tensione continua con gli organi d’informazione e le agenzie internazionali, che sta seppellendo la reputazione del Paese, già molto provata da poco più di un anno di bolsonarismo governativo. Persino Trump, idolo del presidente brasiliano, ha indicato il Brasile come esempio fallimentare nella gestione dell’emergenza sanitaria.

Come sta gestendo la situazione il Presidente Bolsonaro? 

Da quando ha preso il potere, il Presidente Bolsonaro ha mostrato tutta la sua inadeguatezza psicologica, una notevole impreparazione tecnica nella scelta e gestione dei collaboratori, una evidente impresentabilità di stile e linguaggio negli eventi internazionali, per un incarico di tale importanza. È chiaro che la sua ascesa sia stata favorita da chi voleva usarlo come cavallo di Troia per liberarsi definitivamente del petismo e di una politica che dava allo Stato un ruolo fondamentale nel tentativo di diminuire le vergnose disuguaglianze e ingiustizie sociali che attanagliano il Paese da sempre. Democrazia fragile e poco cosciente, quella brasiliana: se si fosse aperto un procedimento di cassazione da deputato di Bolsonaro quando dichiarò, durante l’impeachment orchestrato contro la presidente Dilma, di votare a favore della sua deposizione in nome di un noto torturatore degli anni della dittatura, Brilhante Ustra, ci saremmo liberati in tempo di questo personaggio, restituendolo agli scantinati più bui e polverosi della storia, collocazione che meritava dopo 30 anni onorati di nullafacenza parlamentare e di molti atteggiamenti e gesti misogini, omofobici e razzisti, tali da far accapponare la pelle dei più sensibili. Ma se è lì vuol dire che ci sono anche molti brasiliani e brasiliane pronti a votare ancora oggi per una figura del genere. Elettori ed elettrici che, nonostante tutto il caos e le divisioni alimentate sulla questione dell’utilità dell’isolamento sociale per controllare la diffusione del covid-19, da lui disprezzato e deriso con vari esempi di assembramenti e la poca trasparenza sulle sue condizioni di salute; con le battute sui malati e i morti che aumentavano nel Paese; il licenziamento dei medici presenti nella direzione del Ministero della Sanità (compresi due ministri), riempito di militari senza formazione adeguata, lo premiano ancora con circa un 30% dei consensi, si spera calante.

Quali sono le conseguenze economiche?

Oggi il Brasile sta vivendo una pandemia nel mezzo sia di una pregressa, crescente e, ormai, senza precedenti nell’era democratica, crisi istituzionale, che di una ancora non superata (e adesso rafforzata) crisi economica, dovuta alle difficoltà interne e internazionali derivate in parte ancora dagli effetti del 2008 e di una struttura economica difficile da riformare e basata sull’esportazione di commodities. 

Dal punto di vista economico, proprio le imprese che vivono di esportazione, principlamente quelle del settore che viene chiamato agronegócio, reggono bene e, in alcuni casi, crescono, per l'aumento della richiesta internazionale di prodotti del comparto alimentare (grano, soia, carni), di cui il Brasile è già da anni un grande esportatore. Le imprese automobilistiche hanno visto approvati degli aiuti federali, pensati rapidamente anche per il settore bancario che, in cambio, ha donato qualche spicciolo alla lotta contro il COVID-19, senza dimenticare di pagare spot per garantire la visibilità pubblica alle proprie iniziative benefiche in orario televisivo nobile. 

A livello microeconomico i problemi sono serissimi: le piccole imprese e quelle individuali sono in grande sofferenza, esplose numericamente anche a causa di una terziarizzazione sistematica dei servizi e da uno stimolo alla creazione dell’impresa individuale (promossi a livello legislativo), con riduzione o scomparsa dei diritti previsti per i lavoratori dipendenti, che non lo sono più solo formalmente, come in Italia è successo già da anni in molti settori. Il governo si è dimostrato incapace e poco propenso a sostenere il reddito delle famiglie e dei lavoratori formali e informali più esposti alla pandemia, cosicché l’isolamento sociale necessario per contenere la diffusione del virus si è rivelato impossibile da realizzare in molte città, piccole e grandi. Le persone devono uscire di casa per lavorare, cercare di guadagnare qualcosa, favorendo la circolazione del virus e vanificando le poche iniziative, non coordinate a livello federale, che governatori e sindaci portano avanti, pur in maniera contraddittoria.

In questo scenario instabile e incerto, immagino ci siano anche delle contraddizioni nell'ambito politico-instituzionale. Cosa ci dici? 

La crisi istituzionale vede un conflitto tra STF (l’equivalente della nostra Corte costituzionale) e Esecutivo, con il Congresso frantumato dai mille interessi particolari, a cui Bolsonaro si sta attaccando come una ventosa, per proteggersi da un eventuale impeachment, violando esplicitamente tutti quegli impegni presi precedentemente contro il mercanteggio di incarichi istituzionali federali e locali, in cambio dell’appoggio in parlamento. Il governo non ha una politica coerente per affrontare di petto gli effetti più nefasti del virus, litiga con i governatori per questioni di potere, di opportunismo politico (da entrambe le parti). Chi gli ha detto no, è stato allontanato o stimolato ad andarsene. Il caso più eclatante è avvenuto con le dimissioni del superministro della Giustizia Sergio Moro che, pensando in primo luogo alla propria futura carriera politica, ha deciso di ingaggiare una lotta personale con il presidente, a causa delle evidenti e gravi interferenze di quest’ultimo nelle scelte dei vertici della Polizia Federale, che sta indagando, tra l’altro, su possibili attività illecite della famiglia Bolsonaro, a livello locale e federale. Moro, che non ha avuto la dignità sufficiente per entrare in politica dopo una pausa da magistrato, ma è saltato, nel 2018, sul carro del vincitore delle elezioni, dopo aver contribuito alla sua elezione ancora da magistrato, agendo rapidamente per fermare la possibile ricandidatura di Lula. All’epoca delle elezioni, rese pubblica una delazione (una delazione appunto, non una prova), che metteva giustamente in cattiva luce il principale avversario di Bolsonaro, il petista Haddad.

Il Ministro della Giustizia Moro e il Presidente Bolsonaro

Se l’obiettivo era indebolire e frantumare ulteriormente la sinistra per ridurre il suo peso politico-elettorale, questo è stato centrato solo in parte. Infatti, oltre alla sinistra ormai tradizionale del Brasile, con partiti come il PT, Psol, PcdoB, Rede, anche il principale partito di centro-destra, il PSDB dell’ex-Presidente Fernando Henrique Cardoso, è stato travolto dalla demonizzazione della vecchia politica che, senza nulla togliere alla corruzione endemica di cui era ed è portatrice, ha dato spazio a una destra aggressiva, ignorante, ultraconservatrice e allineata a network internazionali come quello de Steve Bannon. I militari, che sono entrati in massa nel governo, stanno tutelando la Presidenza della Repubblica, ma non sembrano propensi a facili colpi di mano, in questo momento, a favore di Bolsonaro, tollerato da molti di loro, ma non stimato e considerato adeguato all’incarico che riveste. C’è da dire che l’articolo 142 della Costituzione federale del 1988 è invocato dalle piazze di destra, perché attribuisce all’esercito la possibilità, se invocato da uno dei poteri fondamentali (come quello della presidenza) di ristabilire “la legge e l’ordine”. L’eredità della dittatura si fa sentire ancora oggi sulla legge fondamentale dello Stato, e questo rende sempre possibile un attivismo politico e l’uso della forza da parte dei militari che, proprio nel governo Bolsonaro, hanno ritrovato la possibilità di un protagonismo e di una visibilità istituzionale inconcepibile in una democrazia del vecchio continente.

Quali sono i prossimi scenari?

In attesa di ulteriori svolgimenti, in direzione golpista o meno, della querelle istituzionale tra massimi poteri dello Stato, l’opposizione al bolsonarismo non si coagula. Divisioni ideologiche e sui metodi d’azione sembrano inevitabili, perché  forze politiche e movimenti sociali antagonisti fino a pochissimo tempo fa sarebbero temporaneamente unificati, a partire da una piattaforma moderata, solo per fare pressioni sull’esecutivo, su STF e sul Tribunale federale elettorale, perché cassi la lista di Bolsonaro a causa della diffusione di fake news durante le elezioni del 2018.

Manca organizzazione, visione d’insieme, partecipazione popolare consistente e cosciente. Persino casi clamorosi di azioni omicide della polizia ai danni di giovani e adolescenti della periferia, come quello del quattordicenne João Pedro ucciso in casa durante un’operazione poliziesca, non riescono a suscitare momenti di commozione tali da avviare manifestazioni popolari imponenti come quelle nordamericane. La pandemia, come dicevo all’inizio, ha solo complicato una situazione già difficile, in cui non si riesce a produrre un progetto di Paese per il futuro, un’idea che unifichi le classi popolari lavoratrici e che permetta l’affermazione di una società più giusta, basata su una democrazia sociale, sostanziale, inclusiva e non esclusiva. Bisogna lottare con tutti i mezzi per invertire questa situazione. Ma la nottata, anche a sinistra, sembra diventata paurosamente lunga e piena d’insidie.

Speriamo almeno che farmaci e vaccini adeguati arrivino presto e limitino la strage che il governo, consapevolmente, sta alimentando, liberandosi di vecchi, di malati, di indigenti e, cosa da non sottovalutare per il futuro del ricco territorio amazzonico, di gruppi indigeni.

L'intervistato:

Gesualdo Maffia, dottore di ricerca in Storia contemporanea presso l'Università di Genova e dottore di ricerca in Letteratura italiana presso l'Università di San Paolo in Brasile dove si occupa di storia, lingua e letteratura italiana. In Brasile dal 2012. Attualmente è professore di Lingua Italiana presso l'Università Federale di Bahia, a Salvador. Ha pubblicato saggi su Antonio Gramsci e su Pier Paolo Pasolini, tra cui il libro "Pasolini critico militante" (San Paolo, Nova Alexandria, 2019).

Gesualdo Maffia

Fonti e link

sábado, 6 de junio de 2020

Il conflitto in Cile per una Nuova Assemblea Costituente. Intervista al filosofo Emanuele Profumi.

Il conflitto in Cile per una Nuova Assemblea Costituente

Emanuele Profumi è ricercatore in filosofia politica in diversi gruppi di ricerca europei (Italia, Spagna, Francia, Portogallo) ed è giornalista free lance. Insegna "Introduzione ai Peace Studies" all 'Università di Pisa e pubblica su diverse riviste nazionali ed internazionali. Tra i suoi libri ricordiamo: "Sulla creazione politica. Critica filosofica e rivoluzione" (2013) e "Ripensare la politica. Immagini del possibile e dell'alterità" (2019). Sulla base di vere e proprie "inchieste politiche" ha scritto dei reportage narrativi sull'America Latina (Brasile, Colombia e Cile). "Cile, il futuro già viene" (2020) è l'ultimo lavoro di una trilogia dove si approfondisce la trasformazione sociale e politica come chiave di comprensione collettiva.  

Emanuele Profumi
Intervista di Davide Matrone 

Cile è il primo paese latinoamericano a sperimentare, dagli anni '70, le ricette neoliberali della Scuola di Chicago di Milton Friedman. L'aumento delle tariffe della metropolitana ha scatenato un' immensa mobilitazione nel paese. Tra gli slogan dei manifestanti uno in particolare evocava il periodo della dittatura :"non sono i 30 pesos, bensí i 30 anni di neoliberalismo". Come interpreti questa frase?

 

Il Cile si è svegliato! Siamo in guerra! (Traduzione dello slogan). Cile fine anno 2019

Lo slogan è uno dei tanti che sono stati forgiati durante l'enorme mobilitazione dello scorso anno. È uno slogan che rappresenta un simbolo concettuale, ossia la sintesi di un “pensiero collettivo”. È una frase esemplare, sia dal punto di vista evocativo che dal punto di vista concettuale. La sua espressione è molto forte ed ha una propria lucidità critica, impressionante e profonda. Da un lato denuncia la manipolazione delle ragioni della protesta e dall'altro chiarisce i termini della lotta popolare. È una specie di “frase dialettica”, quindi. Un simbolo potentissimo della dialettica politica che si basa contemporaneamente sulla critica all’esistente e sulla conseguente trasformazione sociale a venire. L’asserzione, frutto di un’elaborazione collettiva, si potrebbe parafrasare così:

“Voi pensate che siamo coloro che vogliono una semplice modificazione della legge, che venga ritirato il provvedimento che ci ha indignato, ma non avete capito che noi ormai sappiamo che quel provvedimento è figlio di un paradigma politico, ed è questo che noi contestiamo”. 

Perciò questo slogan è espressione di un processo di critica più profondo, che individua giustamente nel neoliberalismo il problema politico: un paradigma politico, economico e sociale che domina e ha dominato per trenta anni la società cilena. In sostanza, lo slogan lascia intendere che ormai è avvenuto uno smascheramento da parte di tutta la società che contesta quel provvedimento, e che resiste a qualsiasi manipolazione mediatica perché colloca il problema nella sua vera origine: il modello politico di fondo. Questo slogan, insomma, riesce a mettere nero su bianco questa critica. Fa emergere con chiarezza quali siano realmente le ragioni della protesta che sono esemplari e profonde. Da una questione particolare evoca un problema più generale. È uno slogan che, come avviene con altri slogan nella storia delle lotte politiche, ha una sua dimensione filosofica, perché fa pensare, ci induce alla riflessione. Perciò è uno slogan che resterà nella storia. Insieme ad altri, come “Chile despertó”, esprime la potenza della critica e sintetizza una situazione generale che, al contrario, non lascia spazio ai dubbi. Muove alla riflessione sulla base di una certezza, di una visione alternativa a quella sostenuta dal potere istituito. Generalmente gli slogan semplificano, questo, invece, nella sua semplificazione riesce a preservare la complessità della situazione e apre alla riflessione. 

 

Nella mobilitazione generale dello scorso 2019, son scesi in piazza tutte le categorie contro il governo. I lavoratori, gli studenti, i sindacati, il movimento femminista e le associazioni territoriali. Qual era l'obiettivo principale e perché?

 

L'obiettivo principale può essere letto in modo diverso. Ci sono delle ragioni esplicite ed altre profonde, dipende da come si vede la mobilitazione. L’obiettivo dichiarato sin dal principio era quello di far saltare tutto. Non si centrava solo sul rifiuto della misura economica, bensì era un no netto al governo di destra, erede della dittatura di Pinochet. In sostanza, si comprende quasi subito che il motivo di fondo della protesta è la delegittimazione del governo in carica, prima, e, poi, di un intero paradigma economico in auge da oltre trent’anni. Per questo l’obiettivo centrale del movimento è cambiare la Costituzione. Il processo di modifica della Carta Magna viene dal periodo 2005-2006 che trova un’ulteriore e più chiara espressione nell’anno 2011, quando alcune frange del movimento studentesco radicale lo rivendicano e si creano alcune associazioni accomunate dalla richiesta di una nuova assemblea costituente. Da allora, questa domanda è cresciuta sempre, in modo progressivo e quasi esponenziale nella società civile. Anche se spesso in forma sotterranea, quasi invisibile. In modo costante, dal 2011 al 2020. Si estende a sempre più settori della società la convinzione che la struttura giuridica attuale del Paese sostenuta dalla Costituzione del 1980 concentra su di sé tutto il peso dell'eredità dittatoriale e impedisce che si sviluppi davvero una società democratica. 

Questo percorso è stato anche alla base dell’ultimo governo Bachelet (2014-2018) che ha realizzato un processo di riforme, tra cui la riforma costituzionale attraverso la partecipazione popolare. Questo processo di riforma partecipata (220 mila cileni hanno contribuito al processo di riforma) è stato un momento di straordinario coinvolgimento della popolazione per la riscrittura della Costituzione.

In sostanza, la ragione profonda della trasformazione del paradigma sociale, politico, economico e giuridico si trova nei movimenti sociali che hanno attraversato il Paese dal 2011 fino ad oggi. 

Nel biennio 2019-2020 il movimento sociale eredita il grosso delle rivendicazione che si erano sviluppate negli anni passati contro gli altri governi, e l’esperienza di riforma costituzionale partecipata della Bachelet che è stata gettata alle ortiche da Piñera  non appena si è insediato alla Moneda. Ecco perché l’elemento innovatore di questo movimento sta nella richiesta di una nuova Costituzione. Mi spiego meglio. Se nel 2011 questa richiesta era marginale, nel 2019 diventa il cuore pulsante della ribellione popolare. Questa è la grande novità. Tutti i movimenti, tutti i settori della realtà sociale, convergono su questa rivendicazione politica. Si contesta la fortissima disuguaglianza politica ed economica del paese, l'ingiustizia generalizzata, e si rivendica la giustizia sociale attraverso la via giuridica. E lo fanno prima di tutto i giovani, che non hanno paura della repressione ed hanno un bagaglio di esperienze di mobilitazione e di conflitti sociali ormai importante, in cui il coraggio e la sfida dell’autorità costituita e la denuncia della repressione sono valori pratici imprescindibili. Da un’altra prospettiva si può dire che l’immaginario politico cileno “permette” il coagularsi dei diversi movimenti sociali, e il conflitto viene rivendicato come strumento legittimo e necessario per il cambiamento democratico.

 

Hai scritto un libro dal titolo "Cile, il futuro già viene". Un'opera letteraria frutto di un viaggio intrapreso in Cile nel 2017. Raccontaci del tuo viaggio e della tua ricerca.


Si tratta di un’inchiesta politica svoltasi nel 2017 in un viaggio durato due mesi, dove ho girato in lungo e in largo il Paese. Un’esperienza analoga a quella fatta anni prima in Brasile e in Colombia. Le “inchieste politiche” che svolgo da anni, sono centrate sullo sviluppo dei cambiamenti radicali generati in quei paesi, in cui si registrano grandi mobilitazioni generali o decisivi movimenti di trasformazione della realtà sociale, economica e istituzionale. In Cile, in questo caso, il cambiamento si orienta in relazione alla struttura giuridica. Questi tre libri hanno in comune la ricerca sull’immaginario politico, in cui cerco di fare emergere il più possibile sia in modo orizzontale che verticale il punto di svolta, di creazione sociale orientata politicamente, cercando di fare emergere punti di vista differenti tra loro, perché solo così, cercando di cogliere la complessità dell’immaginario, possiamo sperare di capire perché questi Paesi si trovano a un punto di svolta politico. Il mio viaggio di ricerca in Cile è servito per porre delle domande attorno alla dimensione costituzionale, ancor prima che accadesse la grande contestazione popolare dell’anno scorso e che è ancora all’ordine del giorno. Qualcosa di imprevedibile per tutti. Il mio è uno dei pochi libri in circolazione che indaga le radici del movimento cileno, le sue richieste, la rivendicazione per un cambio radicale del paradigma sociale, economico e politico, e che passa attraverso la convocazione di una nuova Carta Costituzionale. Il viaggio in Cile tocca il nervo scoperto dell’immaginario politico che si è sviluppato negli ultimi anni e che si ritrova nella bocca delle più disparate persone: dai poeti, agli uomini di cultura, ai contadini, ai rappresentanti dei popoli originari, agli studenti e ai rappresentanti dei comitati cittadini. Questo viaggio è  una lente d’ingrandimento  sulla società in trasformazione che si organizza attorno a un complesso di discorsi, azioni e rivendicazioni che ruotano attorno al perno della Costituzione del 1980. Nel libro si possono trovare molte voci autorevoli e non, che analizzano la complessità della realtà cilena ancorata ad una Costituzione che  è ormai una specie di simbolo di una società che non è cambiata ancora rispetto alla dittatura. Nel caso cileno tutto si è concentrato sulla Costituzione, ancor prima di contestare il multimiliardario e autoritario Piñera. Questo elemento è molto significativo. La mia ricerca permette di comprendere perché nel 2019 ci ritroviamo davanti a uno dei pochi movimenti esistenti nel mondo - forse ha delle analogie con quello di Honk Kong - che non si limita solo alla protesta e alla rivendicazione di alcune misure per il benessere della popolazione o per il cambiamento di un governo. Come dicevo, va molto più in profondità e, non a caso, mette al centro la trasformazione della Costituzione. È una richiesta quasi rivoluzionaria, perché in profondità c'è il cambio dell'organizzazione della società, radicata attorno al paradigma neoliberista. È una situazione analoga a quella trascorsa in Spagna con gli Indignados nel 2011 e nel movimento globale altermondialista dal 2001 in poi. 

Le proteste del 2019 si sono “concluse” con la convocazione di una nuova Assemblea Costituente. Come giudichi questo risultato e qual è il processo in atto, oggi?


Il risultato ancora si deve vedere. Possiamo parlare di un primo risultato, se vuoi, che è la convocazione dell’Assemblea Costituente, ed è sicuramente qualcosa di straordinario. Nella mia inchiesta politica, le persone più vicine alla richiesta dell’Assemblea Costituente emersa negli ultimi anni, come il costituzionalista Fernando Atria, o gli storici Sergio Grez e Gabriel Salazar, in quel momento erano lontani dall’immaginarsi l’evento e gli esiti della mobilitazione del 2019. Nonostante fossero da sempre molto attenti alla storia e alla società cilena e, in particolare, alla storia della rivendicazione costituzionale che ho ricordato prima. Questo ci permette di capire anche perché questa mobilitazione si autoalimenta, come spesso accade, e che se all’inizio ha un obiettivo minimo, la misura economica e il governo, mentre poi, velocemente e progressivamente, assume un obiettivo più grande e ambizioso. Come avviene nei movimenti di trasformazione politica che si possono chiarire anche grazie al concetto filosofico di “Creazione politica” e ai suoi tentativi sociali e storici verificatisi nella modernità e mai del tutto spariti nella nostra contemporaneità. Basti soffermarsi su quanto sia formidabile che un governo di estrema destra, eredità della dittatura di Pinochet, abbia concesso un’assemblea costituente che rimette in discussione le basi del suo potere, per capire che dobbiamo rinnovare le categorie di comprensione dei processi di cambiamento sociale di tipo “paradigmatico”. Ora, per cercare di rispondere alla seconda parte della questione che poni, penso che vadano riconosciuti però anche i limiti rispetto al plebiscito. Il primo sicuramente, quello più discutibile, è il patto sul plebiscito tra quasi tutta l’opposizione di sinistra parlamentare e il governo Piñera, perché lascia intravedere dei compromessi al ribasso, rispetto alle richieste popolari. Il secondo è che la destra è riuscita a non far rientrare in questo patto la possibilità che la possibile futura Assemblea costituente possa rimettere in discussione i trattati internazionali di libero commercio. Tutti di stampo neoliberista. Che non verranno toccati, vada come vada l’esito dell’Assemblea. Ma questi due elementi sono, in ogni caso, secondari. Penso, infatti, che il problema sostanzialmente sia un altro: la strategia di depotenziamento e di propaganda che ha già messo in atto il Governo e tutta la destra politica e culturale contro questo movimento. Un processo di delegittimazione che avviene mediante l’uso dei mezzi di comunicazione di massa. La destra di oggi ha conservato una serie di apparati di potere della dittatura pinochetista: prima di tutto l’apparato militare e quello mediatico, che si muovono chiaramente contro il movimento popolare. Questi apparati sono contrari alla partecipazione popolare al plebiscito che si doveva tenere ad Aprile. Le opzioni del referendum sono due: a) Una futura assemblea costituente eletta direttamente dai cittadini, b) un’assemblea mista in cui i cittadini eleggeranno un’assemblea costituente composta da una metà dei rappresentanti scelti direttamente dal popolo e l’altra composta dai politici eletti oggi in Parlamento. Bisogna che la popolazione sostenga la prima opzione. Questa è una battaglia da vincere e che si terrà prima del plebiscito, e anche se i sondaggi danno in vantaggio alla prima opzione nulla è scontato. Perché la destra non cederà mai, e in nessun momento, e cercherà in tutti i modi di impedire la democratizzazione dell’apparato dello Stato e se sino ad oggi ha accettato questa possibilità in futuro è stato solo per la magnitudine e per la forza che ha assunto il movimento popolare.

Qual è il futuro del Cile?

In Cile oggi, nonostante il COVID-19 (ragione dello slittamento della data del Plebiscito), ci sono una serie di gruppi che continuano a non mollare la presa. Mediante manifestazioni di piazza e reti sociali cercano di tenere viva la memoria viva della grande e straordinaria mobilitazione popolare di Santiago nel 2019.  In quelle occasioni scesero in piazza milioni di persone, non dimentichiamolo. C’è quindi un’attenzione alta e vigile. La vecchia frase della canzone degli Inti - Illimani “El puebo unido, jamás será vencido” rimane nel DNA e nella memoria dei movimenti sociali in Cile. Non a caso, nelle ultime proteste di piazza, gli Inti - illimani, Victor Jara e Violeta Parra sono tornati ad essere dei punti di riferimento musicali e culturali della protesta. Le loro canzoni e i loro testi musicali sono ripresi come valori per l’azione sociale e per riscattare la dignità di un popolo. Dignità che rientra in una delle immagini centrali che muovono la critica popolare. Oggi una buona parte della popolazione non vuole cedere, o ritirarsi nella tranquillità della sfera privata, mentre il governo continua a fare ciò che ha sempre fatto: da una parte difende Piñera mantenendolo ben saldo alla Presidenza, e dall'altro cerca di scardinare la forza propulsiva e di trasformazione del movimento. Insomma, esiste una situazione di contesa che non si è stemperata nonostante il Coronavirus. Ci sono due tendenze opposte che continuano a conflìggere. 

Il futuro del Cile è il futuro di questo tentativo di trasformazione radicale della struttura giuridica e, in particolare, di come si svilupperà questo conflitto. Qualsiasi sia l'esito, tuttavia, questo grande momento di partecipazione popolare resterà nella storia, un patrimonio collettivo sociale e politico che già si è consolidato nel tempo. Inoltre,  darà  vita ad altri passaggi del processo di trasformazione politica, e, nei fatti, già sta andando oltre anche la nascita del Frente Amplio, la vera novità politica parlamentare e partitica del Cile degli ultimi anni, nata dai movimenti sociali e politici dopo il 2011. Ed il Frente Amplio è l’unione di diversi partiti che hanno come scopo quello di cambiare il paradigma neoliberista, per cui non a caso anche per molti di loro una delle rivendicazioni importanti è sempre stata quella del cambiamento costituzionale. Questo dà anche la cifra dell’incredibile novità politica che ha rimescolato le carte in tavola dalla fine del 2019. Il futuro ci riserverà ancora delle sorprese perché questo immaginario politico e sociale è emerso e si è consolidato nel conflitto sociale, e ciò significa che continua a mutare in direzioni probabilmente ancora più radicali, che diverranno chiare soltanto tra un po. 


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